Tigerdramon

... y el gato avanzó con las orejas recogidas hacia su cabeza con expresión de regañado, no le gustaba escuchar su nombre, siempre lo había detestado. La chica, aunque consciente de ello, estaba completamente emocionada con lo que estaba a punto de suceder. Después de jalar al enorme gato de una pata para que se acercara procedió a colocarle al rededor del cuello una larga bufanda roja que serviría como rienda, pese a que se perdía de vista debido al muy esponjado y tupido pelaje del gato.

-¡Esta va a ser la más grande de las aventuras!

Gritó la chica a la vez que montaba en el lomo del felino. Se inclinó y le abrazó el cuello

-¡Arriba! ¡ese tesoro será nuestro!

y esas palabras tuvieron un efecto mágico, ¡la avenura! ¡las emociones! ¡las experiencias! realmente sintió que el mundo estaba al alcance de sus patas como una gigantesca bola de estambre de infinitos colores incitándolo a jugar. Avanzó con grandes zancadas mientras desplegaba sus brillantes alas y con un poderoso brinco emprendió el vuelo hacia el cielo colorado

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